Una buena educación financiera, por más simple que parezca el término, es la facilidad para tomar decisiones acertadas. Decisiones sobre tus ingresos, gastos y ahorros. Por eso queremos compartir contigo siete consejos sobre cómo manejar mejor tu dinero.
¿Qué puedes hacer para gestionar mejor tu dinero?
1. Educación financiera en tu cultura de ahorro
Ahorrar es sinónimo de prevenir y creer en ti. Es el colchón que te permitirá tomar las riendas del destino ante oportunidades efímeras. Cuando te enteras, por ejemplo, de que alguien vende su apartamento excelentemente ubicado a un precio muy bajo porque necesita el dinero. Ahí es cuando tu sagacidad financiera entra a funcionar gracias a tus ahorros.
Recuerda que tus ahorros te dan la seguridad de tener recursos para la educación de tus hijos. Este es el mejor legado que podemos darles. Demuestra una buena educación financiera reservando el 10 % de tus ingresos en una cuenta que no toques. Verifica que tus ahorros ganen mínimo un interés superior a los gastos de la entidad financiera.
2. Planear tus gastos y distribuir tus ingresos
En este punto lo más importante es considerar los “gastos hormiga”. Estos son aquellas salidas de dinero que, aunque irrisorias, son las que te impiden sentirte libre al final del mes.
Una buena educación financiera es saber que tus ingresos deben cubrir los gastos del mes, dejando algo para ahorrar e invertir. Gasta con sabiduría, pensando más en el valor que tiene para que en el precio mismo. Aplica los pilares de la administración de empresas que son: planeación, organización, dirección y control.
3. Usar responsablemente los productos financieros
Apaláncate en los créditos cuando sepas que lo que recibirás será mucho mayor que el gasto financiero. Una buena educación financiera se muestra en el uso responsable de las tarjetas de crédito. Analiza con rigor todos los gastos que implica tenerlas, no solo la tasa del crédito.
Las entidades financieras incluyen una cantidad de cobros extras por transacciones que son salidas invisibles de dinero. Una tarjeta de crédito es muy útil, pero tener varias puede derivar en desorden financiero.
4. Educación financiera para diversificar las inversiones
El dinero debe trabajar para ti. En cuantos más frentes esté actuando, más cubierto estarás ante las eventualidades. Invierte en mercados que conozcas o por los que sientas simpatía, no improvises con tu dinero.
Los productos financieros son muy atractivos para invertir, pero tienen un alto riesgo por la volatilidad del mercado. Si inviertes en bienes raíces, busca que sea a través de constructoras reconocidas. La buena educación financiera pasa por ser muy asertivo.
Otra opción interesante para invertir en la actualidad son las diferentes propuestas de emprendimiento. Si no conoces a nadie en camino de ser empresario, podrías colocar tu dinero a través de fondos de ángeles inversionistas. Los ángeles inversionistas son personas naturales o jurídicas que invierten en un proyecto donde estiman tener un mejor retorno que lo que generan las inversiones tradicionales.
5. Invierte en ti
Destina parte de tus ingresos para aprender algo nuevo, ya sean cursos o especializaciones. Realiza viajes que amplíen tus contactos de negocio y mejoren tu cultura general. Demuestra tu educación financiera al invertir en ti.
6. Educación financiera para detectar oportunidades y tomar riesgos
Las revistas económicas están publicando constantemente informes de los sectores y actividades más prometedoras. Revisa también hacia dónde va la tecnología para detectar nuevas oportunidades. Actualmente muchos indicado invierten en energías alternativas. También hay oportunidades con los cambios de hábitos alimenticios de las personas.
7. Vive para ser feliz. No para la felicidad de los demás
Warren Buffet siempre ha recalcado la importancia de salir del ciclo de “vivir del día a día”. Sacar un crédito para pagar otro es una práctica nefasta para tus finanzas. Solo sirve para respirar brevemente mientras te acercas más al abismo financiero.
Aprende a darte un buen estilo de vida sin necesidad de ahogarte financieramente. Si no disfrutas tu empleo, no dudes en emprender algo diferente. Nunca sabemos cuán larga será nuestra vida, así que es mejor utilizar el tiempo que tenemos haciéndo algo que nos apasione.
Piensa a largo plazo, convirtiendo cada dólar que sale de tus manos en un motor generador de riqueza. Vivir bien significa no privarte de lo que puedas tener, siendo racional a la hora de utilizar tu dinero.
Demuestras tu educación financiera al cuidar tu capital de la misma forma que cuidas tu salud o tus relaciones. No te excedas más allá de tus capacidades, así contarás siempre con los recursos necesarios para tu bienestar y el de tu familia.