Exfoliación Facial: ¡Descubre la Mejor Técnica de Limpieza para tu Piel!

Hacerte una exfolición facial es una forma ideal para limpiar tu rostro profundamente.

Recuerdo que hace un tiempo me hice una exfoliación facial y no terminó como yo deseaba. Por el contrario, mi piel terminó irritada y enrojecida. Luego de consultar con mi dermatólogo comprendí que cada piel tiene necesidades específicas a considerar antes de exfoliar. ¡Aquí te cuento todo lo que aprendí y que necesitas saber para atender las necesidades de tu cutis!

Lo que debes saber antes de una exfoliación facial: Tipos de piel

Piel seca

Suele ser menos elástica y con frecuencia se irrita. Este tipo de piel no tiene hidratación o grasas, por eso se ve áspera y reseca. Retiene menos humedad y las glándulas sebáceas segregan menos grasa.

Este tipo de piel necesita ácidos grasos, ceramidas y ácido hialurónico para retener agua en la piel y evitar que luzca envejecida (Bauman et Al, 2005). ¡Ten cuidado al hacer exfoliación facial a este tipo de piel!

Piel normal

Tiene buena circulación y elasticidad, los poros son pequeños y conserva su apariencia saludable. Aunque luce elástica, suave y con tonos rosados, necesita hidratación y protección (Nivea, 2021).

Las personas con este tipo de piel suelen tener pieles resistentes que no permiten el paso de alérgenos y sustancias irritantes. Tampoco es común el acné en ellas (Bauman et Al, 2005).

Para esta piel se recomienda una exfoliación facial suave una o dos veces por semana para quitar impurezas y piel muerta.

Piel grasa

Por genética, estrés u hormonas, esta piel produce más sebo del que debería. Es por ello que aparecen granos y espinillas con frecuencia. La piel suele ser brillante con poros grandes y requiere una exfoliación facial profunda (Nivea, 2021).

¿Cómo saber si tienes piel grasa?

  • Tienes poros grandes.
  • Presentas sensación de grasa todo el día.
  • Aparecen impurezas.

Piel Mixta:

Combina el tipo de piel normal con seca. Se ve aparentemente brillante con impurezas en la barbilla, frente y nariz, las mejillas son secas y tiende a ser grasienta en la zona T.

La piel es seca y grasa porque la distribución de las glándulas sebáceas y sudoríparas no es homogénea (Rivas, 2009). Así que necesitarás aplicar una exfoliación facial que remueva la grasa sin secar las zonas como las mejillas.

Piel sensible:

Este tipo de piel pierde su equilibrio por factores externos como el aire, la luz UV o el estrés, tiende a picar y a enrojecerse. Necesita cuidados para protegerse. Usualmente la comida picante puede hacer que la piel se irrite.

Si tienes poros pequeños, sufres de irritación, enrojecimiento y bultos en el cutis, es posible que sea tu tipo de piel. También, si difícilmente te bronceas, te adaptas mal a los cambios climáticos o toleras muy mal los jabones (Rivas, 2009).

Esta piel necesita una exfoliación facial suave. Por ejemplo, pasar con movimientos circulares una toalla húmeda con agua tibia por el rostro.

La piel madura

Tiene menor actividad celular y una regeneración más lenta, se produce menos colágeno, tiene falta de hidratación y elasticidad. Se caracteriza por líneas de expresión, arrugas o manchas oscuras

¿Cómo hacer una exfoliación facial adecuada según el tipo de piel?

Aunque la piel se exfolia naturalmente cada 28 días, esto no es suficiente para unos poros pequeños y libres de suciedad. Ten en cuenta los siguientes consejos antes de cualquier exfoliación facial (Investigación Colaboración Confianza, 2017):

  • Si tu piel es seca o delicada necesitarás un exfoliante ligero que no agilice la resequedad o irrite la piel. Componentes como aceites vegetales de jojoba removerán las células muertas mientras se funden con el sebo suavemente (Investigación Colaboración Confianza, 2017).
  • Si tu piel es mixta o normal puedes optar por cualquier exfoliante.
  • Si es piel grasosa, necesitas exfoliantes con ácido salicilico que penetre en los poros obstruidos removiendo las impurezas.

La exfoliación facial debe ser hecha conscientemente, entendiendo cuál es la mejor según tu tipo de piel. Nunca abuses de ella. Si bien es de gran ayuda porque limpia profundamente tu piel, su uso excesivo hace el efecto contrario y remueve la capa protectora de la piel.

¿Cuándo no exfoliarte?

Aunque no lo creas, las células muertas que se acumulan en la piel no son del todo enemigas. Ellas forman una barrera de protección. Cuando te exfolias excesivamente, quitas esta barrera y te haces más sensible al clima, infecciones y otros factores externos que producen granos y sequedad (Sáez, 2018).

Si tienes la piel sensible y presentas rosácea, eczemas, irritaciones o cuperosis, es necesario que consultes con un dermatólogo antes de exfoliarte (Salcedo, 2019).

Exfoliación facial: Componentes adecuados según tipo de piel

  • Los exfoliantes a partir de enzimas de frutas son antioxidantes, renovadores y suavizantes.
  • Por otro lado, los exfoliantes químicos contienen ácidos de diferentes concentrados para pieles grasosas.
  • Los exfoliantes de mascarilla usualmente de arcilla o carbón, refrescan, regeneran y descongestionan los poros en pieles grasas.
  • Si tienes piel madura, puedes probar exfoliantes con miel, azúcar y avena para cuidar esta piel que no se regenera fácilmente.

Conocer tu tipo de piel es necesario para atender los desafíos y necesidades de ella. Sólo así podrás disfrutar de sus virtudes. La exfoliación facial es una de las formas de cuidar la belleza de tu rostro, eliminando las toxinas e impurezas que le impiden lucir saludable.


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