Si buscas perder kilitos de más con poco esfuerzo, tengo noticias para ti. Esa dieta para bajar de peso rápido no es la más conveniente para tu salud. Aunque en principio veas resultados, este tipo de alimentación, que suele ser altamente restrictiva, no es sostenible a largo plazo. ¿Por qué?
Para empezar, no está diseñada especialmente para ti. Las dietas no le sirven a todo el mundo por igual, pues todos tenemos objetivos diferentes. Por eso, es fundamental consultar con un experto en nutrición, quien está en capacidad para crear un régimen que se adapte a tu ambiente hormonal, metabolismo y condiciones físicas.
Además, una dieta para bajar de peso rápido suele eliminar algún grupo alimenticio y recomendar el exceso de otro. Esto causa desequilibrios nutricionales en el organismo, lo que puede afectar tu bienestar. Para que las evites, hoy te enseñaré a identificarlas y te contaré los efectos que pueden tener sobre tu salud.
¿Cómo identifico una dieta para bajar de peso rápido?
La FAO reconoce estos como signos de alerta de este tipo de dietas:
- Promete resultados inmediatos y sin esfuerzo.
- No incluye actividad física.
- Tampoco tiene respaldo nutricional o científico.
- Elimina uno o varios grupos nutricionales de la dieta.
- No es monitoreada por profesionales de la salud.
- Ni reconoce las diferencias y singularidades nutricionales de cada persona.
5 efectos secundarios de una dieta para bajar de peso rápido
Los siguientes son las consecuencias más frecuentes de este tipo de dietas (Sanitas, s.f.):
1. Pérdida de nutrientes en una dieta para bajar de peso rápido
Al eliminar alimentos de tu dieta, vas a sufrir la pérdida de nutrientes necesarios para las funciones del cuerpo. La deficiencia de minerales, por ejemplo, puede favorecer la osteoporosis o generar problemas de coagulación. La deficiencia de vitaminas, por otro lado, puede causar irritabilidad, lesiones en la piel y dificultades gastrointestinales.
2. Efecto rebote
Esta es la consecuencia más común de una dieta para bajar de peso rápido. Al hacer una restricción calórica extrema, tu organismo se adapta rápidamente para funcionar con poca energía. Cuando vuelvas a consumir cantidades normales de comida, vas a recuperar el peso perdido e incluso más. También es posible que en algunas ocasiones comas de forma exagerada (atracones) a causa de la ansiedad que provoca comer menos de las porciones recomendadas.
3. Deshidratación
La mayoría de estos regímenes alimenticios le apuntan a la pérdida de líquidos para bajar de peso. Pero esto crea un riesgo evidente de deshidratación. El cuerpo humano está compuesto por un 60% de agua, lo que significa que necesita estar hidratado para realizar sus funciones. De lo contrario, pueden aparecer afecciones cardiovasculares y renales, así como problemas de tensión arterial y temperatura corporal.
4. Fatiga crónica
El déficit calórico de una dieta para bajar de peso rápido produce cansancio y fatiga. Esto también se debe a que el sistema nervioso parasimpático intenta consumir menos energía para mantener las reservas. Por eso, te vas a sentir constantemente agotada y no vas a dormir bien.
5. Riesgo de lesiones
Las famosas “dietas milagrosas”, favorecen la pérdida de masa muscular. Asimismo, la falta de nutrientes tienen un impacto directo en la masa ósea, debilitando los huesos. Como consecuencia, las posibilidades de lesiones como desgarramientos o fracturas son mayores.
Adicional a los efectos físicos, hacer una dieta para bajar de peso rápido, tiene efectos psicológicos negativos. Esto puede desencadenar Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) como anorexia y bulimia.
La mejor alternativa es bajar de peso de forma saludable, de la mano de un nutricionista que guíe tu proceso. En definitiva, no se trata de hacer una dieta, sino de llevar un estilo de vida que incluya una alimentación balanceada, como por ejemplo la dieta mediterránea adaptada a tus necesidades, además de hacer actividad actividad física regularmente. Esta es la combinación mágica y sostenible en el tiempo!