La mayoría de las personas le temen a la soledad, cuando en realidad ella es necesaria en ciertos momentos de la vida. El que alguien viva solo o no tenga pareja, no debería ser un problema. Tampoco por esto debería sentirse mal o estar deprimido.
Muchos tienen un concepto errado sobre la soledad sin darse cuenta que todo depende del significado que se le dé. La soledad en realidad debe ser vista como un momento de acercamiento con nosotros mismos, que nos deja múltiples aprendizajes. Uno de ellos es el aprender a conocernos bien.
El miedo a la soledad es una carga ancestral
El miedo a la soledad viene desde la época de las cavernas. En ese momento el hombre tenía menos posibilidades de sobrevivir estando solo. Era más fácil enfrentar las adversidades y los peligros acompañado o en grupo.
El origen del miedo a la soledad, es una carga que lleva la humanidad desde hace millones de años. Se debe entender que el peligro a estar solos que existía en esa época hoy en día no existe. Pero la mayoría de las veces ella es percibida con temor.
Muchos asocian la soledad con vacío y no es así. Todo depende del concepto que se le dé en el momento que se viva. Por ejemplo Catherine Millot, psicoánalista y profesora de Psicología de la Universidad de Paris VIII, en su libro “Oh soledad” lo explica. Ella habla de los diferentes tipos de soledad: desde la melancólica, que no es más que la que se vive por la falta de algo o de alguien, hasta la soledad buscada, que es la positiva y necesaria para todos aquellos que la experimentan. Millot dice que uno en la vida no siempre decide. Hay momentos en los que se está acompañado y otros no. Esto nos motiva a entender que la soledad tiene mala fama, porque la asocian con el rechazo o el abandono. O tal vez con el no formar parte de un grupo, que es lo que todo ser humano aspira: ser aceptado. Alega que aceptarnos y estar a gusto es labor de nosotros mismos, no de nadie más .
¿La soledad se puede sentir estando acompañados?
Absolutamente sí. Muchísimas parejas o matrimonios viven una gran soledad. Se puede estar acompañados, pero a la vez sentirse tremendamente solos. Es tanto el temor a la soledad que muchas personas siguen juntas tan solo por el miedo a ella y prefieren continuar atadas a una relación vacía o tóxica que los entristece por no querer encontrarse con ellos mismos a solas.
Robin Williams, famoso actor de Hollywood ya fellecido, dijo en una oportunidad una frase extremadamente real. “Lo peor de la vida es terminar al lado de alguien que te haga sentir solo” No hay peor soledad que la que se puede sentir estando acompañados. Si crees identificarte con esta frase, te recuerdo que siempre estás a tiempo de replantear tu vida.
Experimentar la soledad positiva muchas veces es necesario; ella además de ser una buena consejera, podría ser la antesala para aceptar el estar con alguien por deseo propio y no por el simple hecho de no estar solos.
Fíjense como la gente publica su vida en las redes sociales, compartiendo hasta lo fútil o aquello carente de importancia. Esto quiere decir que existe una necesidad de demostrar que no se está solo, poniendo en evidencia el temor a sentirse aislados.
Aprendizajes que nos brinda
Definitivamente la soledad es buena cuando decidimos oír a nuestro yo interno y sentir que no hay mejor compañía en el mundo que la de nosotros mismos. Ella nos aporta múltiples beneficios, como por ejemplo:
- El de pensar con mayor claridad.
- Ayuda a amarnos y a valorarnos más como personas.
- Nos brinda un tiempo de calidad con nuestro yo interno.
- También nuestras fortalezas se solidifican cuando disfrutamos nuestro tiempo a solas.
- Enseña a confiar en nuestros propios instintos, tomando decisiones sin ninguna influencia externa.
- Nos da independencia física y emocional.
- Una vez solos, podemos darnos cuenta que la única felicidad por la que tenemos que preocuparnos es por la nuestra.
- Contribuye a enfocarnos en nuestras prioridades.
Y lo más importante de todo: estar a solas nos da la capacidad de tener una conexión real y sincera con nosotros mismos. De aprender de todo aquello que sentimos y experimentamos. Sabiendo todo esto manejaremos mejor nuestras emociones, gestionándolas a favorecer nuestras vidas. Además valoraremos más nuestra independencia, esa que hemos creado y fortalecido en soledad.
Recuerda, tú eres tu mejor compañía. Ámate, cuídate y valórate!
4 comentarios en “Qué podemos aprender de la soledad?”
Excelente
Excelente Dolly, así es!!
Excelente articulo Dolly. Cada vez son mejores!!!!
Muchisimas gracias Mercedes. Es un honor que leas mis artículos. Dolly