Comencemos por definir ¿Qué es la vulnerabilidad? La vulnerabilidad, es cuando una persona es susceptible a ser lastimada física, sentimental o moralmente. La palabra vulnerabilidad, proviene del latín “Vulnerabilis”: Vulnus (herida) y Abilis (posibilidad). Por lo tanto vulnerabilidad significa probabilidad de ser herido.
Desde que somos pequeños, a todos nos han enseñado que debemos ser valientes, que la vida es para los fuertes, que nunca debemos mostrarnos débiles ante las adversidades y mucho menos ante las personas. Nos han dicho que el fuerte siempre gana, el débil jamás. Conceptos totalmente errados que impactan negativamente en nuestras vidas.
Ser vulnerable no significa ser débil
Todos tenemos una coraza, esa que creamos para no mostrarnos tal cual somos y es la que justamente sirve para protegernos de ser vulnerables ante las circunstancias, o ante los demás. Escondemos nuestros verdaderos sentimientos, nuestros temores, nuestro verdadero yo; nunca nos mostramos tal cual somos.
Diariamente nos ponemos una máscara con la que salimos a trabajar, a reunirnos con los amigos, a estar con la persona que queremos, guardando con recelo nuestro verdadero yo. Vivimos en un mundo de apariencias, donde no existe cabida para la vulnerabilidad, ya que tenemos que ser perfectos y exitosos. Jamás mostrarnos débiles y mucho menos frágiles, porque nos han hecho creer que eso es de perdedores.
Psicológicamente estamos programados para no mostrar una parte de nosotros que habla de nuestros verdaderos sentimientos, nuestras inseguridades o imperfecciones, esas que realmente exhiben nuestra vulnerabilidad.
Quiero decirles que esta teoría es errada. Mientras sigamos ocultándonos tras la coraza, jamás podremos tener una vida totalmente feliz y plena. ¿Por qué? Porque mientras no seamos nosotros mismos con nuestros defectos, inseguridades y miedos, jamás podremos construir lazos reales, con la persona que amamos o con las personas de nuestro entorno, con quienes deberíamos construir vínculos reales y francos. Reconocer nuestra vulnerabilidad y mostrarla, implica aceptarnos como seres humanos que somos, imperfectos y sensibles.
Reconocer tu vulnerabilidad es ser valiente
No puedo hablar de la vulnerabilidad, sin nombrar a Brené Brown. Una socióloga, profesora e investigadora de la Universidad de Houston. Ella se ha dedicado a lo largo de veinte años a estudiar la valentía, la vergüenza y la vulnerabilidad, entre otros temas. Tiene un documental que puedes ver en Netflix llamado The Call To Courage (Sé valiente, en español) el cual habla de la importancia de mostrarnos vulnerables. Describe la vulnerabilidad como “El punto en el que nace el amor, el sentido de pertenencia, la valentía, la empatía y la alegría”.
Brené nos hace ver lo importante que es desprendernos de nuestra coraza y dejarnos ver. Dice que la vulnerabilidad es el centro de las emociones duras, pero también el de las blandas. Las duras las describe como el temor, la vergüenza, la pena y la escasez. Las blandas son el amor, la intimidad y la alegría. Agrega que “No puedes conseguir ninguna de estas tres últimas cosas, sino te muestras al mundo” y continúa haciendo una pregunta reveladora “¿Cómo pueden quererte, sino pueden verte?”.
He ahí la respuesta, el mostrarnos vulnerables, es mostrar realmente quienes somos. Es hacernos ver con nuestras virtudes y defectos. Es tener la valentía de aceptarnos y salir a la vida siendo sensibles, imperfectos y mostrando nuestros sentimientos, aún a sabiendas que podamos fracasar e incluso ser heridos. Y yo pregunto: eso no es ser valientes? Claro que sí. Ser valientes es atrevernos a ser auténticos, temerosos y por sobre todas las cosas, vulnerables.
Hazte visible
Es importante mostrar nuestra vulnerabilidad ya que nos hace más humanos. Somos seres únicos e imperfectos, por lo tanto somos auténticos. Empoderemos nuestra vida y aceptémonos, no tengamos miedo a ser vulnerables, porque cuando lo somos nos hacemos visibles.
Cierro con una frase célebre de David Viscott: “Aceptar nuestra vulnerabilidad en vez de ocultarla, es la mejor manera de adaptarse a la realidad”.