Es habitual, en nuestras vidas, enfrentar diversas dificultades y problemas. Experiencias como grandes cambios, pérdidas y rupturas son universales. Para sortearlas de la mejor manera posible y salir fortalecida y con nuevos aprendizajes, es buena idea conocer y practicar los diferentes tipos de resiliencia. Te contamos cuáles son.
¿Qué es la resiliencia?
La resiliencia es la habilidad de manejar y recuperarse de las dificultades. Es decir, se trata del proceso de adaptarse bien a situaciones adversas, trauma, amenazas o fuentes importantes de estrés (Benitez, 2022).
Las personas resilientes enfrentan los problemas y utilizan estrategias saludables para lidiar con ellos. No es que experimenten menos dolor, angustia o ansiedad que los demás, sino que tienen prácticas que dan paso al fortalecimiento y al crecimiento personal (Cherry, 2022).
¿Cuáles son los diferentes tipos de resiliencia?
La resiliencia tiene varias dimensiones. A continuación, te describimos cada una de estas (Benitez, 2022. Cherry, 2022):
- Resiliencia física: manera en la que el cuerpo enfrenta los cambios y se recupera de lesiones, afectaciones físicas o enfermedades. Esta capacidad puede fortalecerse con hábitos saludables como dormir bien, una dieta balanceada y una vida activa.
- Resiliencia emocional: consiste en la regulación de las emociones durante etapas de estrés. Se logra cuando una persona está conectada con sus emociones, las reconoce y así puede gestionar sus reacciones. De este modo, permite que entendamos que las dificultades y los sentimientos negativos son temporales. Puede verse cuando alguien se permite sentir emociones negativas ante situaciones como rupturas sentimentales o duelos.
- Resiliencia psicológica: la habilidad de adaptarse al cambio y a la incertidumbre. Hace que las personas sean flexibles y estén tranquilas en momentos de crisis. Frecuentemente, las personas resilientes psicológicamente son capaces de dirigir sus esfuerzos mentales a solucionar los problemas. De manera que es útil en contextos de crisis laborales o emergencias de salud, por ejemplo.
- Resiliencia social: se da cuando un grupo de personas enfrenta una adversidad. Implica que las personas se conecten entre sí y trabajen juntas para resolver problemas que las afectan individual y colectivamente. Es el caso de emergencias por desastres naturales o problemas de orden público.
Signos de resiliencia
Los tipos de resiliencia se evidencian con ciertos rasgos de las personas. Estos son (Cherry, 2022):
- Mentalidad de supervivencia.
- Regulación emocional efectiva frente a los problemas.
- Sensación de que sus acciones pueden determinar el resultado de los eventos.
- Habilidades para resolver problemas.
- Sentimientos de compasión y aceptación hacia sí mismos.
- Capacidad para pedir ayuda.
¿Por qué es importante manejar los tipos de resiliencia?
Las personas resilientes pueden manejar mejor las adversidades y reparar sus vidas después de ellas. La resiliencia es clave, ya que ayuda a enfrentar situaciones que son inevitables en la vida, como el dolor, el fracaso y la pérdida. Sin ella, podemos sentirnos abrumados, estancarnos en un dilema e incluso usar estrategias de manejo que no son saludables.
La resiliencia incluso tiene el poder de fortalecernos y llevarnos a prosperar como resultado de una época de crisis. Por ello, cultivar los tipos de resiliencia es una decisión y un proceso que puede ser significativamente provechoso para llevar una vida de bienestar y empoderamiento.